lunes, 29 de noviembre de 2010

Miradas se cruzan en la ciudad. Miradas tristes, con un rumbo fijo. Nadie percibe lo que pasa a su alrededor. Simplemente los minutos pasan, las horas pasan. Todos caminan, corren, hacia ese lugar al que desean no llegar. Los paraguas se cruzan, la gente se choca, un día para meditar corre como un día más; debería ser un día sin igual, lamento no poder actuar. La nostalgia inunda la calle. Las gotas caen. Los autos pasan salpicando sin cesar. Y esas gotas que eran de lluvia, acompañadas por la nostalgia del pensar, me hacen sentir un profundo anhelo por las cosas que quisiera vivir.

1 comentario:

  1. Querida mía, un gusto leerte. Si la vida en general merece ser celebrada, mas aún para mi merece ser leída! Besos!!

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